martes, 11 de junio de 2013

EL CAMBIO DE MENTALIDAD.



Seguimos con nuestros posts sobre el proyecto Albert contra Albert.
Ahora viene una parte que yo considero clave a la hora de publicar. Más importante que el dibujo en sí, ya que, muchas veces, tienes un dibujo bueno o una personalidad potente a la hora de trabajar y en cambio no te publica ni Cristo o no ves una salida al exterior de tu trabajo.
Durante todo mi proceso en la Escola Joso y posterior, siempre me he rodeado de gente que dibujaba y dibuja mejor que yo. Que coloreaba mejor, que componía mejor, y, en la mayoría de los casos, más joven que yo.
Cuando vas pasando fases de aprendizaje y ves que hay gente que es muy buena, y que tú estás ahí intentándolo y que te cuesta, poco a poco la inseguridad va naciendo dentro de tí.
A veces es un comentario, a veces ni eso, pero va minando poco a poco la poca fe que tienes en ti mismo como autor, dibujante, guionista, etc.
Ahora me vendrá gente diciendo que eso son chorradas y que depende de cada uno dejarse llevar por las inseguridades y que no me flipe. Pues bueno, a todos nos afectan las cosas, algunos más, otros menos, pero seguro que hay mil dibujantes, músicos, escritores que han dejado de hacer lo que les gusta por la presión de hacer algo bueno (hablaré de eso en el siguiente post), o por el rechazo.
En el mundo del cómic está el camino lleno de rechazos. Ese editor que no te contesta y que es un cabrón por no hacerlo y darse cuenta que tu proyecto es cojonudo. (cierto). Esa editorial en la que encajarías tan bien, y no ven claro que deban pillarte un proyecto, van haciendo que creas que eres un mierda.
Esto es así.
Te tiras horas en casa dibujando, mejor o peor, de forma más o menos constante, pero, al fin y al cabo, haciendo algo tuyo e intentando que a la gente le guste.
Pues ese duendecillo de inseguridad ahora es un Bulldog. Y tiene ganas de más.
A mí me habían rechazado un proyecto que me molaba y me mola mucho, muy Blain, y al ver que chocaba constantemente con una pared me embajonaba.
Y empiezas a desconfiar. Y a pensar que quizás no es bueno, que bueno, el mercado está muy mal, que vamos, que no publicarás y que si lo haces no te pagarán, etc.
AQUÍ VIENE LA CHISPITA.
NO TE VAN A PAGAR. Porque el mercado está fatal, tu proyecto EN EL CASO QUE TE LO COJAN, te están haciendo un favor, recuérdalo, siempre de rodillas, dando las gracias, porque claro, tal y como están las cosas y en los circuitos underground, alternativos o como coño quieras llamarlos, no se paga. Y hay que asumirlo.
Y yo lo tenía asumido.
Y eso, en el fondo, hace que creas que tu trabajo vale CERO.
Si no se paga, es gratis, y qué es gratis? Lo mierdoso. Lo que no es bueno.
Y estaba en este momento, de bajón, rallado, agobiado, mal humor (más de lo habitual), y pensando que esta iba a ser mi vida como dibujante.
El Bulldog era ya un jodido T-REX y estaba a punto de devorar mi autoestima por completo.
Hasta que empecé este proyecto.
Cuando envié el pdf, lo hice pensando: "si no os mola, me suda los huevos, es la polla y si tu no lo publicas, otro lo publicará, y me pagará por ello".
Quizás me flipé y quizás me podía haber pegado la gran ostia y si no me sale bien seguramente estaría llorando aún a día de hoy, pero no.
A los 20 minutos me contestó una editorial.
A la semana otra.
Al final publico con la primera que me contestó y mostró entusiasmo e interés con mi trabajo.
Un entusiasmo que no me esperaba y que percibí como un premio a la constancia, a la soledad, al puto trabajo interior que hacemos dibujantes, guionistas, escritores, músicos, etc, en soledad y que siempre nos preguntamos "esto algún día lo verá alguien?"
Sois buenos, tenéis personalidad, podéis hacerlo.
No dejéis que os vendan la moto, que os hagan sentir menos de lo que sois.
Sois la ostia. La puta ostia.
Empezad a valoraros y a tirar para adelante que quiero comprarme cosas vuestras.

Un abrazo, guapos.